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ISBN: 978-84-9879-665-0
112 páginas
1ª edición
Fecha de publicación: noviembre 2016
Encuadernado en Rústica
Dimensiones: 145 x 230 mm, peso 190 g
Materias: Poesía ; Teoría de la literatura / Estudios sobre autores
El poeta Rainer Maria Rilke tuvo, durante muchos años, aversión a la música. La tuvo porque vio en la música una seducción que podía sustraerle de su verdadera tarea, la tarea poética. Y la tuvo también porque consideraba incompatibles la música y la poesía: la poesía tiene su propia música, y nunca debe superponerse a ella ninguna melodía —por eso prohibió enérgicamente que se pusiera música a sus versos—. Sin embargo, en los últimos años de su vida tuvo varias vivencias que le aproximaron a la música: la lectura de Fabre d’Olivet, el clavecín de Wanda Landowska, la amistad con el compositor Ferruccio Busoni —cuyas teorías musicales entendió y compartió—, la amistad amorosa con la pianista Magda von Hattingberg, el violín de Alma Moodie… Y en esa última etapa escribió muy bellos poemas en los que la música está presente.
Reseñas y críticas:
- Crítica de Stefano Russomanno en ABC Cultural (4 de marzo de 2017): « ...un texto ejemplar por síntesis y claridad, capaz de aportar todas las claves para entender la compleja poética rilkiana e iluminar su cambiante relación con el universo de los sonidos».
- Reseña de Pedro Unamuno en El Mundo (30 de junio de 2017): «Rilke, de enemigo a devoto de la música».