Tal vez haya sido el más sabio islamólogo, a quien se debe el giro crucial en la interpretación del Islam y la más decisiva aportación al diálogo entre las culturas. Fue el máximo defensor de la hospitalidad a los emigrantes de los países pobres. Su vida se entregó a este diálogo y hospitalidad y a la defensa de los derechos humanos y la creación de un verdadero derecho internacional. Junto a Lawrence de Arabia fue, desde 1917, el más firme defensor de la palabra dada por Occidente a los árabes y el primero en denunciar la Declaración Balfour, erigiéndose en el impulsor del diálogo entre judíos y palestinos, y cristianos y musulmanes. También fue el primero en escribir sobre la defensa civil de la verdad por Gandhi, que adoptaría como modo de conducta en sus múltiples actos públicos, en los que aglutinó a la intelectualidad parisina durante los conflictos de Argelia, Palestina y la descolonización francesa en Asia. Fue profesor en el Colegio de Francia; director de estudios en la Escuela Práctica de Altos Estudios de París; director de diversas publicaciones y fundador de varias asociaciones; profesor y asesor gratuito de los magrebíes en París; miembro de las Academias de la lengua árabes y de múltiples europeas; participante asiduo de los coloquios «Eranos»; creador del Instituto de estudios iranios y amigo de Asín Palacios, García Gómez o Cruz Hernández, además de inspirador de los textos conciliares sobre el Islam y de la actitud hacia éste de Pío XI, Juan XXIII y Pablo VI. De su ingente obra escrita cabe destacar: La Passion d'Al-Hallâj (1922), Essai sur les origines du lexique technique de la mystique en pays d'Islam (1922), Annuaire du monde musulman (1926), Recueil de textes inédits (1929), Diwan d'Al-Hallâj (1931) y Opera Minora (1969), además de Ciencia de la compasión. Escritos sobre el Islam, el lenguaje místico y la fe abrahámica (1999) y La palabra dada (2005), publicadas en esta misma Editorial.