Teólogo y dominico holandés, estudió teología en la Universidad de Lovaina, donde ejercería también temporalmente como profesor, participando activamente en la renovación de la teología de postguerra con contribuciones fundamentales a la «teología de la cultura». Posteriormente amplió sus estudios en París, en Le Saulchoir (con M. -D. Chenu e Y. Congar, entre otros ), la Sorbona y la École des Hautes Érudes. En 1958 accedió a la cátedra de teología dogmática e histórica de la Universidad de Nimega, que mant endría hasta su jubilación en 1983.

Durante el concilio Vat icano II fue asesor del episcopado holandés, trabajó activamente para el Centro de Documentación Holandés (IDOC) y entró en contacto con los principales renovadores de la teología católica, grupo del que surgiría la revista Concilium de la que fue uno de sus fundadores.

Desde su aguda conciencia de que muchas de la nuevas cuestiones clave surgidas en y a partir del concilio requerían un estudio serio e intenso del lugar y el papel de la figura de Jesucristo en el cristianismo, desde mediados de los años setenta comenzó a publicar su obra cristológica, cuya primera entrega la constituye la presente Jesús. La historia de un viviente. Seguirían Cristo y los cristianos. Gracia y liberación (1977) y Jesús en nuestra cultura (1986).